jueves, 13 de octubre de 2016

El 12 de octubre y la ausencia de debate

     Quería hacer un comentario breve, brevísimo. Ayer fue el día de la Hispanidad (creo que hasta el 87), día nacional de España (desde el 87), o como se conoció durante la Segunda República (desde la primera celebración, antes de la República y hasta los años 50), el día de la Raza. Aprovecho para felicitar a todos los que comparten mi lengua y mi fe, sean de la raza que sean, sean de la nación que sean. Bien, pues ayer fue el día en el que tuiter y facebook se llena de mensajes (enlaces a artículos, cartelitos, algún vídeo, textos) o denostando, criminalizando en algún caso, o ensalzando dicho día. Todo bien, porque todo el mundo tiene derecho a expresarse y a percibir una realidad según sus neuronas y corazón (¿más neuronas?) les da a entender.
     Y mi opinión no es sobre dicho día, o sobre la obra de la corona española en América, sino sobre el nivel de argumentación que he percibido este año. Seguro que desde los orígenes se ha usado, pero no ha sido hasta esta vez que he llevado a cabo esta reflexión.
     Me percaté de que hay quien no denosta el día, pero siente complejos por él (es mi intuición), hasta el punto, que para explicar, o hacer comprensible aquella obra en América, acuden al humor. Por ejemplo, ante un cartel hablando de saqueo y masacres, una respuesta en tuiter fue un recorte de un tuit de una cuenta humorística, en el que se decía algo así que en última instancia, hay que rechazar los movimientos migratorios del homo sapiens sapiens, que desplazaron a los neandertales. Es decir, una reductio ad absurdum con tono humorístico para contestar a un mensaje contra la Conquista de América por parte de España.
     En otro casos se ha usado la parodia, la ironía, etc., recursos que argumentativamente no son válidos pues anulas el debate, ya que se establece un dialogismo que dificulta la respuesta, de modo que para contestar debes establecer muy claro y previamente a qué contestas, si a lo implícito o a lo explícito, si al tono o al enunciado. Frente a esa estrategia propia de quien no quiere colaborar y llevar a cabo un debate sano e intelectual, la mejor respuesta puede ser el silencio.
     Mi opinión, y crítica, en este caso es a la juventud española, que ha perdido o no ha llegado a tener las herramientas intelectuales para entablar un debate sano y razonado que permita una argumentación libre de obstáculos sucios y llena de argumentos no falaces. Hoy en día no sabemos debatir y, quizás, he ahí otro de los problemas que nos encontraremos en un futuro no muy lejano, ya que los que ahora no saben debatir en facebook son los mismos que pretenderán dirigir una empresa, un sindicato, un negocio. El entendimiento está abocado al fracaso. Sobre todo si hay que guiarse por los que debaten con estilos encorsetados aprendidos en escuelas de política, al modo en el que preparan a los políticos del PSOE o de Ciudadanos (por citar casos conocidos).

2 comentarios:

  1. Yo estoy a favor de que en España haya un día de la fiesta nacional, porque consideró que lo somos (una nación) y tenemos mucho que celebrar. El problema es como lo quieren mostrar los ciudadanos "mucho españoles" que son los únicos que celebran ese día. Entiendo la crítica a una fiesta que celebra todo menos que somos nación. Se vitorea al ejercito y otros simbolos que no representan a la totalidad de los españoles. El día de nuestra fiesta celebremos que somos un país de países que sabe convivir.

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    1. La Hispanidad, como día de celebración, se empezó a celebrar con una gran veta en ese sentido. Es decir, La Hispanidad representa una comunidad de muuuchas razas, lenguas, culturas, que abarca 4 continentes (casi toda América, algo de África, algo de Asia y un poquito de Europa) que participaron de un mismo imperio bajo el signo de la unidad dentro de su diversidad, pues, si bien la diversidad de la que he hablado es cierta, no es menos cierto que por encima de eso había una oficialidad que unificaba: una monarquía para todos, un idioma para todos, una religión para todos.

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