lunes, 28 de diciembre de 2015

Anti-decencia

  Este domingo se celebró la última asamblea de la CUP, para decidir la última propuesta de Junts pel Sí con 270 millones destinados a medidas sociales, la paralización del BCN World y la desprivatización de la sanidad. Pero con Artur Mas todavía como candidato a investir como president de la Generalitat de Catalunya.


  Tras dos votaciones de mero trámite y 9 horas de asamblea, en la que ninguna de las opciones consiguió más del 50% de los votos y se fueron descartando tras cada votación la menos elegida. Así se llegaría a la definitiva tercera votación entre el “Sí” o el “No” a Mas. Y para más dramatismo empatarían al 50% con 1515 votos las dos opciones y la formación independentista pospone la decisión y se reunirá el día 2 de Enero.

  Algunos lo llamaran democracia, yo lo califico de pantomima, de toma dura de pelo, de broma de mal gusto vaya. Para la formación del “pueblo” parece que es suficiente que 3.530 personas decidan el destino de 7,5 millones de catalanes y toda España estuviera en vilo por su decisión.

  No sólo eso, sino que además han mentido, como los partidos tradicionales que tanto critican, reiterando una y otra vez que no investirían a Artur antes y después de las elecciones.

Antonio Baños: "No votaremos nunca una investidura de Mas. Y nunca es nunca. Nunca, nunca y nunca"

  Han traicionado a los depositaron su confianza en ellos porque querían continuar con el “procés” y la independencia pero no querían votar a Mas, gran parte han sido votantes tradicionales de ERC que no querían ni en pintura a CDC como socio.

  La formación anticapitalista y de extrema izquierda plantea pactar con la derecha burguesa y de la oligarquía, olvidar toda la corrupción del 3% de las mordidas, del clan Puyol, de las sedes embargadas de Convergència y demuestra que antepone la independencia a la decencia y le quieren volver a dar el mando de Catalunya, al señor que se hizo independentista hace 4 años para no perder su sillón, él que se escondió en una lista como número 4 siendo cabeza de lista y se envolvió en la estelada para tapar su gestión invadida por la corruptela y los recortes.

  La CUP ya no puede mirar a los ojos a su gente, a sus 330.000 votantes, porque ha justificado el fin sin preocuparse en los medios y han renunciado a su ideología, sus ideales y sus principios y se ha desenmascarado como lo que es, el socio de Mas y por tanto su cómplice.

  La CUP, formación anticapitalista y por la independencia de Catalunya se ha convertido en el partido anti-decencia.

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