miércoles, 19 de abril de 2017

CCAA y turismo

     El título irónico de este artículo suscitará la equivocación por parte del curioso de google. Sin embargo, no es del todo falso. Las Comunidades Autónomas son fuente de riqueza per se, ya que producen por su mera existencia un turismo que no existiría si no estas no hubiesen sido proclamadas entre vítores y algazaras, más algazaras que vítores. Y alguna razzia.  Es fácil de entender.
     No tienes interés en hacer turismo, de viajar, porque necesitas ahorrar, ya que no tienes trabajo y además te estás presentando para encontrar uno lo antes posible, digamos, por ejemplo, que preparándote unas oposiciones con mucha concurrencia y, por tanto, competencia. De pronto, a 411 kilómetros según el mapa de Google ofrecen una bolsa extraordinaria en la que, aunque no tengas muchas opciones, deseas entrar por tener alguna más.
     Compruebas que es muy sencilla la solicitud, ya que hoy en día la telemática ha solucionado muchos problemas. Sólo hay que enviar una carta, pero bueno, no es para tanto esa incomodidad. Hasta tal punto nos soluciona la telemática algunos problemas que la institución en cuestión puede comprobar tus delitos sexuales, la veracidad de los datos que ofreces sobre tu identidad, todo ello de un modo autónomo y con sólo tu consentimiento. Todo es genial. Se nota que estamos en el siglo XXI, aunque comenzándolo. ¡Qué nos depararán los próximos decenios!
     Sin embargo, cuando piensas que es una idea excelente, te decides a probar suerte y sigues leyendo los anexos llegas a un punto que no esperabas. Hay un acto de presentación, como mucho 15 días tras el cierre del plazo de entrega de solicitudes. Te dan la posibilidad de que vaya alguien en representación tuya. Pero claro, te das cuenta de que no conoces a nadie a menos de 2 horas del lugar donde presumiblemente se realizará (pues no es un sitio confirmado) dicho acto. Y aún así, enviar a alguien que no es ni de tu familia a dos horas de su hogar, en el caso de que pudiese y quisiese hacerlo, para escuchar 10 minutos de charla, y que se vuelva a su casa, me parece abusar de la confianza de las personas de buena voluntad.
     Piensas que tú podrías ir, de modo que vas a conocer una ciudad nueva, pero resulta que entre los días 7, 8 y 9 después del cierre del plazo de entrega de solicitudes vas  a estar en Barcelona en un viaje ineludible, ya que es una comunión importante. Un lugar mucho más lejano, que implica un gasto grande de los pocos ahorros y encima no te pilla de camino con respecto a la ciudad del acto de presentación. Además de la posibilidad de que pueda caer el acto en uno de esos días.
     En definitiva, las Comunidades Autónomas no buscan, estoy convencido, quitarse gente de fuera, forasteros de otras comunidades, con establecer actos presentación obligatorios en los que debes recorrerte cientos de kilómetros para 5 minutos de cara a cara, en la época de los ordenadores, fibra óptica, internet a máxima velocidad o capacidad de entrar en nuestros datos más personales a través de la red. Solo hay un motivo para que Extremadura haya impuesto esta condición, al igual que hacen el resto (y en otras, otras condiciones peores relacionadas con el idioma), este motivo es que desea que hagamos turismo por sus tierras.

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