domingo, 15 de noviembre de 2015

Los refugiados no son culpables

Dedicatoria final Rambo III antes de las Torres Gemelas.

No hay mucho que decir más cuando una imagen así lo dice todo. No nos olvidemos de quién quita y pone reyes en países de oriente medio y próximo. De quién arma a los opositories terroristas en países incómodos para EEUU: Libia, Siria, Irak...

Pero no nos paremos en estos temas que cada vez más gente lo tiene claro. Es otro el tema del que quería hablar. Antes debo dejar claro: ni soy ni pretendo ser analista de ningún tipo, sólo soy un opinador que se basa en los datos más objetivos posibles.

Se ha encontrado que uno de los terroristas de Francia tenía pasaporte sirio que a esta hora están investigando.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/11/14/56472924268e3eec038b461d.html

Bien, precisamente esta noticia es una bomba de relojería, pues servirá de excusa para atacar la dignidad de los refugiados y eso es, precisamente, en lo que nunca hay que caer. Ya dije en una entrada anterior que entre los refugiados entrarían terroristas, era algo tan obvio que el que considerase que era algo terriblemente agorero es porque es una persona demasiado inocente. Ahora que se ha demostrado esa posibilidad, hay que pensar de un modo frío, dejando las ideas fáciles a un lado; y son dos estas ideas que debemos tener muy claro que no han de convertirse en tópico.

Por un lado, debemos tener claro que el problema no es el refugiado, pues si bien uno ha sido terrorista y habrá más, no todos lo son. Es más, la gran mayoría de los refugiados son personas que huyen precisamente del terror que provoca cierta rama del Islám.

He ahí la otra idea que debemos tener clara. El problema tampoco es el Islam. El Islam es una religión que en mi opinión (y por ser esta una página de opinión la diré) no tiene fundamento en ningún sentido excepto uno, el histórico-militar. En ningún caso tiene una validez mística o de carácter revelatorio que la haga mínimamente respetable, aunque hay que respetar a la persona equivocada que cree en Mahoma como profeta último. No voy a justificar esta opinión aquí, pero quien quiera que le haga la justificación, podré hacerlo en otra entrada o en los comentarios a esta entrada. Pero vayamos a lo importante. Si bien el Islam no es culpable de este terrorismo, entendido Islam en un sentido laxo, es decir, como fe en un dios y en un profeta que te manda a hacer cosas concretas en tu vida privada, sí es culpable, y nadie ha de dudarlo, la corriente wahabita de esta religión, corriente financiada a nivel mundial por la familia Saud, dictadura ad infinitum de Arabia Saudí, a la que nuestra propia monarquía le hace la corte.

Esta corriente, con poco que la queráis investigar en internet, se os presentará como motivación principal de una lucha violenta contra el infiel, lucha violenta que justifica el propio Corán. Para que no quepa duda de lo que os digo,os dejo una traducción vista en internet del versículo 190 de la Sura 2:

2:190: Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Corán." 

En el Corán que tengo en casa, pone esto, y os copio también la 189: 

2: 189 "Combatidles hasta tanto que no tengáis que temer la tentación y hasta que todo culto sea el del Dios único. Si ponen término a sus acciones, entonces no más hostilidades, a no ser contra los perversos. 190 "El mes sagrado para el mes sagrado y los lugares sagrados bajo la salvaguardia de las represalias (1). Si alguien os oprime oprimidle como os oprimió él. Temed al Señor y sabed que está con los que le temen."

Nota 1: Es decir, que si sois atacados en uno de los meses sagrados o en los lugares consagrados, os está permitido usar las represalias en estos meses y en estos mismos lugares. La nota viene en el Corán mío, cuyo ISBN es: 84-7693-004-6

 No hay muchas propuestas posibles. Desde mi opinión, en todos los países debería prohibirse el wahabismo (como cualquier versión terrible de cualquier religión, entre ellas, todas las que apelan a la violencia o la justifican en nombre de Dios), cerrar sus mezquitas y encarcelar sus imanes. Por otro lado, hay otra solución lógica que no me he atrevido a dar hasta ahora en los textos de refugiados, pero creo que es lo que de verdad pienso: acoger a los refugiados como hermanos que son. No es la riqueza lo que hay que salvaguardar en un país, sino el amor al prójimo. Si este amor conlleva empobrecernos, nada importa. La Justicia Social está por encima de la riqueza.

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